Pues ya toca hacer la crónica de la Maratón de Nueva York
Empieza el sábado en la feria del corredor para recoger el dorsal, la bolsa de guardarropia y la compra de algún que otro capricho
A la cama pronto, a dar vueltas por los nervios más que descansar, pero bueno ya contabamos con eso.
Tenemos asignado el ferry a las 5:30, madrugón, metro y nos encontramos con más gente que una tarde en las ramblas de BCN.
al bajar del ferry cogemos un autobús hacia la linea de salida, y allí la locura de gente de toda clase, los que van ha correr de verdad, los que van ha disfrutar, los frikis, etc...
dan salida y salimos la primera oleada, despues habrá dos más. En la milla
2 pasamos por encima de un puente y debajo nuestro vemos a otros corredores de la misma carrera y más adelante la tercera oleada por otra calle distinta (vamos que somos como coches en un escalextric)
estos americanos hacen espectaculo de todo. Hasta la milla
8 no nos juntamos todos
La animación es increible, los barrios compiten entre si para ver quien anima más, y dentro de los barrios, cada grupo musical te pone la piel de gallina (no terminas de oir la música de un grupo que ya estas oyendo la del siguiente)
Hay de todo, así van cayendo las millas, sin darte cuenta vas más deprisa de lo que se debe.
Los famosos y bonitos puentes que unen algunos barrios acaban siendo lo más parecido ha escalar el Everest, como hemos veniodo a disfrutar, pues se va más lento y ya está todo solucionado.
La entrada en Manhattan y el paso por la 5 avenida (a tope de gente) solo se puede entender si se ha vivido, solo queda entrar en Central Park y cruzar meta sintiendo un heroe (es lo que los neoyorquino quieren y consiguen)
la marca ya la veis en la foto
al salir de casa he ido por la avda. del canal en dirección al peso marítimo y una vez allí en dirección Gavá y Viladecans. Al acabar el pso. este se convierte en el carrer tallinaires (pescadores de tallarinas)
